Coronavirus, artículo de opinión: Bartolomé Pasquet

Mientras el mundo tiembla, China declara haber superado la etapa más dura de la epidemia. Balance de la experiencia china.

*Bartolomé Pasquet es Co-fundador de ADEBAC. Ex becario en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing y estudiante de la Universidad de Ciencias Política y Leyes de Shanghai.


El 31 de diciembre China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el nuevo brote de neumonía[1], y fue hacia mediados de enero que las noticias del coronavirus se difundieron mundialmente, el 30 de enero la OMS declara que el COVID-19 es una emergencia de salud pública internacional[2] y el 11 de marzo la declara pandemia[3]. Al día de hoy hay unos 81.151 casos de contagio[4] en China pero ya se ha confirmado la tendencia positiva en el control del brote de manera que aumenta el número de recuperados y en la mayor parte del país no hay nuevos contagios. Los hospitales temporales de la provincia de Hubei van cerrando sus puertas y la economía china vuelve a encender sus motores.

Con una población de casi mil cuatrocientos millones, la situación de emergencia podría haber generado una mortandad incontenible en el gigante asiático. Detener la expansión de esta pandemia tan terrible por su fácil transmisión, rapidez de propagación, y por las dificultades en su prevención y control en tan solo dos meses y medio es sin duda un hito histórico.

En relaciones internacionales hace tiempo que se viene hablando de la necesidad de cooperación de los estados para mitigar las emergencias internacionales ya sean sanitarias, medioambientales, alimentarias, etc. Cumpliendo con su responsabilidad internacional por su enorme población e influencia mundial, China aplicó en muy poco tiempo medidas drásticas para detectar y aislar a los contagiados, que llevaron al impactante declive en la propagacion. Indudablemente, se confirma que la rapidez y efectividad de acción del gobierno central chino fue uno de los factores decisivos, ya que contando con un enorme aparato estatal pudo organizar al pueblo, bajo la dirección del Partido Comunista, poniendo en marcha monumentales planes de acción para dirigir a los trabajadores sanitarios, médicos, la policía, el ejército, movilizar grupos solidarios y diversas asociaciones civiles de voluntariado.

Habiendo estudiado en China por cinco años y conociendo el idioma, pude apreciar en primera persona el patriotismo y la cohesión del pueblo que en este caso, ante la emergencia se acopló rápidamente a programas masivos de control sanitario. Por ejemplo, se generaron infinidad de iniciativas solidarias y donaciones desde las zonas menos afectadas y desde la comunidad china viviendo en el extranjero. Esto fue acompañado por toda clase de muestras de apoyo de muchos países, como la carta que envió el presidente Alberto Fernández expresando oficialmente nuestro respaldo al pueblo chino.

Entre las medidas más drásticas se encuentran el cierre de ciudades enteras, en especial el foco de contagio de Wuhan, donde sus 11 millones de habitantes fueron puestos en cuarentena  y fue cortado el transporte interurbano, decisión acompañada por el suministro de alimentos por el gobierno para evitar el desabastecimiento.

Otras medidas importantes fueron la extensión de las vacaciones por dos semanas luego del año nuevo chino (la economía del país estuvo parada por casi un mes), la construcción de nuevos centros de salud, el cierre de sitios turísticos y demás lugares de aglomeración de gente, la difusión del uso de barbijos, tomar la temperatura no solo en los aeropuertos sino también a la entrada de los complejos de edificios, aplicación de  estrictos protocolos de higiene y desinfección constante de los lugares públicos, sumado a un intercambio fluido de información con la OMS para advertir a todos los países sobre la evolución de la epidemia. Estas medidas se llevaron el elogio de un grupo de trabajo enviado por dicha organizacion: “Enfrentados a un virus desconocido, China ha desarrollado el que quizá sea el esfuerzo de contención más ambicioso, ágil y agresivo de la historia” [5].


[1] https://www.who.int/csr/don/12-january-2020-novel-coronavirus-china/es/

[2] https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=15706:statement-on-the-second-meeting-of-the-international-health-regulations-2005-emergency-committee-regarding-the-outbreak-of-novel-coronavirus-2019-ncov&Itemid=1926&lang=es

[3] https://www.who.int/es/dg/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19—11-march-2020

[4] https://experience.arcgis.com/experience/685d0ace521648f8a5beeeee1b9125cd

[5] https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/who-china-joint-mission-on-covid-19-final-report.pdf

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