Intercambios educativos y culturales Argentina – China: crecimiento, pausa y oportunidad.

  • Por Gonzalo Tordini. Presidente de ADEBAC. Master en Cooperación Económica Internacional por la Universidad de Economía y Negocios de Beijing, ex becario del programa Youth of Excellence Scheme of China.

Desde poco antes del 30 de enero en que la OMS declarase que el COVID-19 era una emergencia de salud pública internacional, los intercambios entre Argentina y China (people-to-people exchanges) ya habían comenzado a sufrir el mayor de los golpes desde el restablecimiento de relaciones bilaterales en 1972 y la continua profundización de la cooperación educativa y cultural.

El interés especifico de cooperar en dichas áreas fue mencionado explícitamente por primera vez en 1984, cuando el Canciller argentino Dante Caputo y el Canciller chino Wu Xequian firmaron el primer acuerdo cultural entre ambos países, con el propósito de consolidar los lazos de amistad y entendimiento. Desde aquel año, ha cambiado el panorama de la relación bilateral de manera asombrosa. Más cerca en el tiempo, es fruto de la visita del Presidente Chino Hu Jintao a la Argentina en noviembre de 2004 que se firmó por primera vez un Memorándum de entendimiento particularmente en el área educativa, dando inicio a un crecimiento exponencial de los intercambios de estudiantes, docentes e investigadores.

Otro hito relevante ocurrió en Julio de 2014, cuando el nuevo presidente chino Xi Jinping junto con la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner acordaron elevar el grado de compromiso y profundidad de la relación bilateral. Ésta ha pasado a ser, en términos de relaciones internacionales, una “asociación estratégica integral”. Durante el encuentro y como declaración conjunta, ambos líderes destacaron los amplios intereses compartidos y enormes posibilidades de colaboración en materia cultural y educativa, así como la necesidad de promover intercambios entre las juventudes de ambos países, en búsqueda de un mayor conocimiento mutuo que permita fortalecer la tradicional amistad entre los pueblos.

En base a dicha nueva asociación, se lanzó un Plan Quinquenal de Acción Conjunta hasta 2018 que abarcó diversas áreas estratégicas, entre ellas las áreas cultural y educativa, donde los países acordaron fortalecer los intercambios entre personas. El Plan fue renovado en el marco de la reunión del G20 hasta 2023.

Es así que llegamos a la actualidad, alcanzando por ejemplo en 2018, un total 499 estudiantes argentinos que estudiaron en China, entre ellos 94 fueron becarios de distintos programas y 405 fueron por su propia cuenta. Entre los programas se destacan las becas unilaterales y bilaterales del Gobierno Chino, que otorga a través del China Scholarship Council, las becas HanBan – Institutos Confucio, los programas de posgrado del Ministerio de Comercio chino (Mofcom), las becas de los gobiernos locales, de las propias universidades, entre otros. En 2019, 50 jóvenes argentinos fueron seleccionados a través de las becas del Gobierno Chino para realizar una carrera de grado, estudiar chino, o realizar un posgrado en una de las más de 2500 universidades que existen en china.

Junto con los programas educativos y becas de larga duración, durante los últimos años se han desarrollado también diversos programas que han movilizado y capacitado en programas cortos a cientos de jóvenes líderes y mandos medios de los ámbitos políticos, académicos y empresariales, como el programa Puente al Futuro lanzado en el foro China-CELAC, las visitas de Jóvenes Sinólogos, o los programas de formación profesional del Mofcom gestionado por el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, entre otros.

Este progresivo y exitoso intercambio ha significado un gran avance, no sólo para la formación específica y el crecimiento personal, sino también para el fomento del entendimiento compartido de las situaciones globales y un conocimiento mutuo que facilita los proyectos de cooperación. La comprensión con mayor profundidad sobre los fenómenos sociales, culturales, políticos y económicos de la otra parte ha tenido avances significativos. Asimismo, debemos resaltar la interacción personal entre argentinos y chinos en múltiples ámbitos y niveles durante los últimos años y gracias a los intercambios. Como en toda relación, es importante  no subestimar los efectos del desconocimiento sobre la otra parte: las relaciones personales creadas han promovido que los vínculos entre nuestros países tengan base firme, sin prejuicios, y perspectiva de largo plazo.

Ante este panorama, la suspensión de todo intercambio físico entre argentinos y chinos desde principios de año fruto del brote mundial de coronavirus ha significado un golpe importante a la ruta construida durante las últimas décadas. La conectividad digital ha sido de gran ayuda para la comunicación y la continuación de las relaciones y proyectos, pero no alcanza a reemplazar los intercambios físicos entre los pueblos, donde los vínculos de confianza y cooperativos que se generan impactan en la intersubjetividad, gracias no únicamente a la comunicación, sino en términos más amplios de interacción social. La interacción es mucho más que comunicación: incluye liderazgo, contextos socio culturales, ámbitos cooperativos o competitivos, solución de conflictos, relaciones intra e inter personales e influencia grupal.

Por ello, estos meses donde no nos hemos podido encontrar, se presenta también como una gran oportunidad para tomar conciencia de la importancia de continuar fortaleciendo e incrementando los intercambios educativos y culturales. Existen numerosas formas de aprovechar este tiempo como impulso para un relanzamiento de los llamados ¨people-to-people exchanges¨ entre Argentina y China apenas se levanten las restricciones. A nivel institucional, la planificación se torna clave para un exitoso retorno de las movilidades, con auspiciosos objetivos de largo plazo. En términos individuales, una continua formación y preparación desde lo cultural y el idioma, incrementarán las chances de éxito en una futura experiencia.

Los que ya han regresado de una instancia de formación en la República Popular China, continuar aportando desde su experiencia y formación al fortalecimiento de la relación entre nuestros países se torna imprescindible en un contexto donde la cooperación internacional es la única vía para solucionar los desafíos globales, como la pandemia que estamos sufriendo.

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